“No es un trabajo, es una lucha”
El Fútbol Femenino de Nicaragua es poco o no remunerado.
Las mujeres que juegan primera división en Nicaragua son todo un caso. Dicen hacer esto por ¨amor, sin embargo el verdadero amor es remunerado, en cambio el fútbol femenino es sobre todo una lucha constante; principalmente en un país donde el machismo sobresale en su cultura y no hace más que poner piedras en el camino.
Jugadora de Fútbol en Nicaragua sufre la derrota. Foto: Harvy López.
Estas chicas Juegan cada domingo en condiciones que, para jugadores profesionales serían anti humanas en algunos casos.
Recuerdo hace no mucho tiempo que Saúl Álvarez visitó el Nacional en una final de vuelta ante la UNAN, que fue jugada ¡A las once de la mañana! Se imaginarán la temperatura de esa cancha sintética, los que presenciábamos el encuentro nos preguntábamos:
¿En que beneficia al espectáculo una final a las 11 de la mañana? ¿En serio pretenden que aficionados vengan a presenciar una final a esta hora? ¿Recuerdan una final masculina de Primera División jugada a esa hora?
En aquella ocasión, las jugadoras dieron una de las mejores finales que se han disputado, con las visitantes ganando a las ¨invencibles¨ universitarias en su casa 0-1 y llevándose el título en la serie de penaltis 4-1. Quién diría que luego de esto, seis meses después las campeonas terminarían abandonando el siguiente torneo alegando falta de cooperación por parte de la federación.
Muchas futbolistas tienen familias en quienes pensar, quienes también son conscientes de la constante lucha que estas mujeres tienen día a día, sus ¨barra brava¨ ven como sus Tita, Beta, Gema, Jessenia o Sheyla rompen los obstáculos que les impone una cultura machista e incluso implantan nuevas marcas históricas que aun así, no son lo suficientemente buenas para llamar la atención de los medios nacionales, ni tampoco contar con la cooperación de la empresa privada y gubernamental, la cual ha sido escasa.
La última ¨bofetada¨ que sufrió el fútbol femenino se dio este miércoles veintinueve de julio, cuando la delegación nicaragüense partía hacía Panamá para disputar un cupo al mundial Sub 20 en Papúa Nueva Guinea 2016, y a pesar del gran reto que las pinoleras tienen por delante, se fueron casi en silencio y sin ningún reflector mediático que las iluminara. Tristemente diremos: “Como de costumbre”.
Al final esta lucha no es el principal problema, sino que el ocaso parece muy lejano todavía. ¡
¡Ánimo chicas! ... Yo sí creo que podemos llegar a Nueva Guinea 2016, demuestren que no solo la selección masculina ha subido de nivel y que en este tipo de torneo ustedes son capaces de dar resultados.